TPS cancelado: cómo afecta a los migrantes hondureños bajo el gobierno de Xiomara Castro

La decisión de Estados Unidos de cancelar el Estatus de Protección Temporal (TPS) para los hondureños, que entró en vigor en julio de 2025, ha dejado sin protección a decenas de miles de personas que residían y trabajaban legalmente en ese país. Analistas y representantes de comunidades migrantes vinculan esta medida con la postura política y diplomática de la administración de Xiomara Castro, especialmente con el respaldo público de Honduras al gobierno de Nicolás Maduro.

Motivos detrás del fin del TPS

El TPS había proporcionado protección frente a la deportación a hondureños que residían en Estados Unidos desde situaciones de emergencia humanitaria o inestabilidad en su país. Su suspensión implica que miles de familias enfrentan ahora incertidumbre sobre su estatus legal y su permanencia en territorio estadounidense. Según expertos, la actuación del gobierno hondureño habría afectado la percepción de Washington sobre la cooperación bilateral, un factor relevante para la continuidad de programas de carácter humanitario.

Los sectores cruciales afirman que el gobierno de Castro no habría protegido adecuadamente los intereses de los migrantes, prefiriendo en cambio seguir una agenda política que, según estas opiniones, se interpreta como opuesta al principal aliado migratorio y económico de Honduras. Representantes comunitarios señalan que esta situación causa preocupación en las comunidades migrantes, donde muchas personas han establecido raíces por muchos años.

Repercusiones políticas e institucionales

La cancelación del TPS ha abierto un debate sobre la relación bilateral entre Honduras y Estados Unidos. Analistas consideran que la medida refleja tensiones en la cooperación diplomática, y subrayan que la confianza entre ambos gobiernos es un elemento central para el mantenimiento de programas que protegen a ciudadanos hondureños en el exterior.

En el ámbito institucional, la cancelación del TPS presenta desafíos para la administración de Xiomara Castro en aspectos de relaciones internacionales y colaboración con funcionarios de Estados Unidos. La acción también subraya la importancia de revisar los métodos de representación y protección de los migrantes, así como la habilidad del gobierno para influir en determiniaciones que impactan a sus ciudadanos en el exterior.

Impacto social y migratorio

Más allá del contexto político, la eliminación del TPS impacta directamente en el día a día de los migrantes y sus familias. La falta de certeza sobre su situación legal repercute no solo en su estabilidad económica y laboral, sino también en la planificación de sus vidas familiares y sociales. Representantes comunitarios señalan que las personas afectadas ahora afrontan peligros reales de deportación, así como la interrupción de los planes de vida que han desarrollado en Estados Unidos durante mucho tiempo.

El contexto actual muestra una situación de complejidad tanto institucional como social, en donde la conexión entre Estados Unidos, la política migratoria y la administración gubernamental se encuentra interrelacionada. La anulación del TPS representa un caso significativo para estudiar los impactos de las medidas políticas y diplomáticas sobre los ciudadanos hondureños fuera de su país, así como los desafíos que el gobierno debe afrontar en la defensa de sus conciudadanos.

Por Jaime Navarro