Roosevelt Hernández: el general que divide a Honduras con sus declaraciones

El General de División Roosevelt Hernández, quien lidera el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, ha provocado un acalorado debate en el ámbito político y social del país. Designado en diciembre de 2023, su administración y comentarios han originado severas críticas que lo relacionan con una politización dentro de la institución militar y ponen en duda la independencia de los poderes del Estado.

Un miembro de las fuerzas armadas con extensa carrera y educación

Originario de Choluteca en 1968, Roosevelt Hernández proviene de una familia con una larga tradición en las Fuerzas Armadas de Honduras. Su trayectoria se ha definido por una sólida formación en ciencias militares y administración de empresas, situándolo como uno de los oficiales de mayor rango en la nación. Desde su designación como jefe del Estado Mayor Conjunto el 11 de diciembre de 2023, ha desempeñado un papel importante en las decisiones estratégicas dentro de las Fuerzas Armadas.

Comentarios y respuestas en el corazón de la polémica

Uno de los momentos más polémicos de su carrera se dio en una entrevista el 20 de junio de 2025, cuando afirmó que las Fuerzas Armadas «son instrumento del poder político». Esta declaración desató una serie de críticas y acusaciones en su contra, principalmente por contradecir el Artículo 272 de la Constitución de Honduras, que establece que las Fuerzas Armadas deben ser «apolíticas, obedientes y no deliberantes». Según diversos sectores de la oposición y grupos de la sociedad civil, esta afirmación refleja un alineamiento peligroso de los militares con el poder ejecutivo, socavando la imparcialidad que se espera de las instituciones armadas en un sistema democrático.

Enfrentamientos con instituciones y medios de comunicación

El general Hernández ha estado envuelto en varias disputas públicas. En marzo de 2025, tuvo un enfrentamiento con la presidenta del Tribunal Supremo Electoral, Cossette López, a quien acusó de calumniar a las fuerzas armadas, causando así una pausa en una sesión oficial del Consejo Nacional Electoral (CNE).

De manera similar, su actitud hacia la prensa ha generado polémica, dado que, en junio de 2025, se le acusó de hostigar a reporteros y de fomentar demandas legales por calumnias contra los medios que reportaban sobre su administración. La respuesta del general ante las críticas ha aumentado las interrogantes sobre la libertad de expresión en la nación, un asunto particularmente delicado en un entorno donde la autonomía de la prensa es vital para el fortalecimiento democrático.

Opiniones y respuestas de la comunidad

Las acciones tomadas por Hernández han provocado una creciente inquietud entre varios sectores de la sociedad de Honduras. Activistas de derechos humanos y políticos de la oposición han demandado su remoción del cargo, alegando que actúa como parte de un plan para la «subordinación política» de las Fuerzas Armadas al poder ejecutivo. Se ha señalado especialmente su participación en reuniones del CNE, un organismo que debería permanecer libre de influencias militares, así como su supuesta participación en demoras en la distribución de materiales electorales en las elecciones primarias de 2025. Según sus críticos, estas medidas socavan la confianza en la imparcialidad de las instituciones estatales y podrían poner en riesgo la legitimidad del proceso electoral.

División y obstáculos para las Fuerzas Armadas

A pesar de las críticas y de los llamados a su destitución, Hernández sigue en el cargo, defendiendo que las Fuerzas Armadas actúan dentro del marco legal y están dispuestas a enfrentar judicialmente a sus críticos. Sin embargo, su permanencia al frente de la institución refleja una creciente polarización en el país respecto al papel de los militares en la política.

Aunque algunos lo consideran un protector de la institucionalidad y el orden, otros interpretan sus acciones como una muestra de la creciente influencia política en las Fuerzas Armadas. Esta situación refleja los desafíos institucionales que enfrenta Honduras para asegurar que sus fuerzas armadas no sean vistas como dependientes del poder político, sino como una base esencial para la estabilidad del país.

Por Jaime Navarro