Periodismo bajo presión: análisis de la libertad de prensa en Honduras

En los últimos años, la libertad de prensa en Honduras ha tomado una gran importancia, caracterizada por un aumento en los incidentes de violencia, amenazas e impunidad hacia periodistas y medios de comunicación. Diferentes reportes y documentos oficiales han demostrado un ambiente progresivamente más adverso para el trabajo periodístico, donde la presión institucional y económica se une con acciones directas de intimidación y esfuerzos de desprestigio.

En este escenario, los periodistas hondureños han enfrentado no solo amenazas físicas, sino también campañas de difamación pública y presiones legales, lo que ha socavado la autonomía de los medios y ha suscitado inquietud tanto en el ámbito nacional como internacional. La reacción de la sociedad civil y las organizaciones de derechos humanos ha sido de monitoreo continuo y solicitudes para salvaguardar los derechos esenciales.

Riesgos, agresiones y falta de justicia para los periodistas

Entre 2001 y finales de 2024, más de cien periodistas y comunicadores han perdido la vida de manera violenta en Honduras, con una tasa de impunidad que excede el 90 %. Las amenazas, el acoso y las restricciones en plataformas digitales se han establecido como las maneras más comunes de agresión, afectando tanto a comunicadores individuales como a organizaciones mediáticas en varias partes del país. En los últimos años, se han reportado ataques a 64 medios, lo que indica un patrón constante de hostigamiento y criminalización.

Las dificultades económicas que enfrentan los medios han afectado su funcionamiento y autonomía editorial, llevando a algunos a disminuir sus operaciones o incluso a cesar. La persecución judicial y la escasez de recursos han contribuido significativamente a esta fragilidad. Entidades internacionales han colocado a Honduras entre las naciones con ambientes más desfavorables para el periodismo en América Latina, ubicándolo en lugares bajos en los rankings mundiales de libertad de prensa.

En este contexto, tanto entidades nacionales como internacionales han exhortado al gobierno de Honduras a asegurar la protección de los periodistas y a mantener el respeto por la libertad de expresión, viéndolos como componentes fundamentales para la democracia y el estado de derecho.

Iniciativas institucionales y reacción social

En mayo de 2025, las Fuerzas Armadas de Honduras emprendieron una campaña mediática contra periodistas críticos, empleando su medio oficial para desacreditar públicamente a destacados comunicadores. En una edición reciente de su publicación institucional, se destinaron varias páginas a señalar a tres periodistas, acompañando las imputaciones con imágenes y términos que los tachaban de enemigos del Estado, sin ofrecer pruebas concretas.

Este episodio generó una reacción inmediata del gremio periodístico y de organizaciones de derechos humanos, quienes condenaron la campaña y la calificaron como un ataque institucional sin precedentes desde las más altas esferas del poder militar y gubernamental. La comunidad periodística y diversos sectores de la sociedad hondureña han mantenido una postura de vigilancia, exigiendo transparencia y respeto a los derechos fundamentales, así como el cese de cualquier forma de intimidación contra la prensa independiente.

La situación del periodista Rodrigo Wong Arévalo, mencionado en un anuncio emitido por la Secretaría de Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas, ha captado el interés de la sociedad y ha provocado expresiones de apoyo de entidades tanto nacionales como internacionales. El anuncio, visto como amenazante, fue una respuesta a los comentarios de Wong Arévalo sobre supuestas anomalías en la utilización de fondos públicos. Diferentes sectores han remarcado que la tarea de informar y llevar a cabo una supervisión de las entidades es un componente fundamental de la democracia.

El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos ha exhortado al Estado a no realizar declaraciones que puedan atemorizar de manera directa o indirecta a periodistas y medios, enfatizando su deber de salvaguardar la libertad de opinión y expresión. Estos hechos han sido vistos como un esfuerzo por limitar la tarea informativa y crítica del periodismo en el país, lo cual ha elevado la inquietud respecto al uso del poder institucional para restringir el quehacer periodístico en Honduras.

By Jaime Navarro