Varios sectores de la sociedad en Honduras, junto con organizaciones internacionales, manifiestan preocupación por el dominio institucional que mantiene el oficialismo en un contexto político caracterizado por conflictos relacionados con la gobernabilidad y la democracia.
Consolidación del poder en instituciones clave del Estado
Desde el comienzo del mandato de la presidenta Xiomara Castro, el partido Libertad y Refundación (LIBRE) ha incrementado su presencia en las principales instituciones del Estado. La influencia del gobierno se ha expandido al Congreso Nacional, la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público, la Policía Nacional y el Tribunal Superior de Cuentas.
Según acusaciones de la oposición, algunos de estos nombramientos han sido efectuados sin cumplir con los procesos legislativos estipulados y mediante pactos políticos sin claridad. La diputada Maribel Espinoza, quien forma parte de la bancada contraria, indicó que el objetivo del partido en el poder trasciende el mero hecho de administrar el gobierno, sugiriendo que pretende «dominar todo», abarcando entidades como el Consejo Nacional Electoral (CNE), el Registro Nacional de las Personas (RNP) y las Fuerzas Armadas.
El incremento del poder de las instituciones suscita preguntas sobre el equilibrio entre los poderes del Estado y la efectividad de los mecanismos democráticos para el control político.
Alertas sobre riesgos democráticos y denuncias de persecución
Expertos y organismos de investigación han alertado sobre el riesgo de que la centralización del poder debilite las bases estructurales de la democracia. Según el Centro de Estudios para la Democracia (CESPAD), esta tendencia puede erosionar la autonomía de las instituciones públicas y favorecer un sistema de gobierno con características autoritarias.
Los paralelos con otras situaciones en América Latina han sido un tema frecuente en las discusiones públicas. Algunos expertos equiparan la realidad de Honduras con los eventos ocurridos en naciones como Nicaragua y Venezuela, donde el control de las instituciones por el gobierno ha resultado en limitaciones a la participación política y en el estrechamiento de oportunidades para la oposición.
En este contexto, crece la inquietud sobre la forma en que se aborda a sectores autónomos, especialmente a los medios de comunicación y empresarios. Informes recientes indican un incremento de la presión sobre periodistas críticos, como el caso del periodista Rodrigo Wong Arévalo, y campañas gubernamentales que critican abiertamente a ciertos grupos de empresarios, identificados como “las 10 familias”.
Las organizaciones de ámbito nacional e internacional han señalado que estas medidas podrían constituir un patrón que busca desalentar la crítica y restringir la diversidad de opiniones en la discusión pública.
Llamados a la vigilancia internacional y advertencias desde la sociedad civil
Con estas circunstancias, diversas entidades han hecho llamados a la comunidad global, especialmente a instituciones como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que continúen con un monitoreo constante de la situación política en Honduras.
El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) manifestó en un comunicado que la ciudadanía debe mantenerse atenta frente a los riesgos que representa la centralización del poder político. En el mismo mensaje, la entidad sostuvo que cuando “el poder se concentra en una sola mano, la libertad está en peligro”, y pidió que se garantice un proceso electoral libre y transparente en las elecciones previstas para noviembre de 2025.
Este llamamiento sucede en un entorno de aumento de la desconfianza en las instituciones y exigencia de seguridades democráticas, donde se debate el rol que deben asumir los actores internacionales como protectores del respeto a los principios constitucionales y a los derechos políticos de la población.
Un momento caracterizado por retos a la institucionalidad
La situación actual evidencia tensiones estructurales en el modelo democrático hondureño, en particular en lo que respecta a la separación de poderes, la rendición de cuentas y el acceso equitativo a los espacios de participación política. El fortalecimiento del control institucional por parte del oficialismo se produce en un contexto donde los mecanismos de contrapeso enfrentan límites para operar con independencia.
En este contexto, los meses venideros serán críticos para valorar la habilidad de las instituciones en Honduras de preservar su independencia, al igual que el grado de receptividad del sistema político ante críticas y la participación diversa en un proceso electoral que ya empieza a aparecer como fundamental para el porvenir político de la nación.